Es bien sabido que el trabajo forestal presenta múltiples desafíos, pero el verdadero reto reside en anticiparse a estos riesgos y adoptar medidas preventivas que realmente marquen la diferencia. Industrias Guerra está presente en los montes gallegos desde hace más de 70 años, lo que la convierte en testigo directo de las necesidades y los avances del sector en cuestiones relacionadas con la seguridad de los trabajadores.
En Industrias Guerra se entiende que la seguridad no puede ser una simple conformidad normativa; debe ser una cultura arraigada en todos los aspectos de su trabajo. Por esta razón, la empresa ha ido más allá en la seguridad de sus máquinas y lograron la certificación CE conforme a la normativa UNE-EN ISO 11850 en su estructura de protección contra impacto de objetos (FOPS).
Se trata de una certificación pionera en el sector a nivel nacional, para la que se realizaron análisis y evaluaciones detalladas del modelo EPC-03, utilizando el software PamCrash. Esta solución probó que la estructura puede soportar la caída de un objeto contundente desde una altura suficiente para soportar una energía de 11600J, siguiendo el proceso indicado en la Norma ISO 8083:2006 y UNE-EN ISO 3449:2008.
Para el ensayo frontal, se rotó la FOPS de manera que la superficie de impacto fuera perpendicular al objeto normalizado de ensayo, siguiendo las indicaciones de las Normas armonizadas indicadas en el ensayo de la protección superior. Aunque estas normas exigen una energía de impacto de 5800 J, decidieron evaluar la estructura para una energía de 11600 J, duplicando así la exigencia y asegurando una protección óptima en condiciones extremas.
La importancia de adelantarse al futuro
El trabajo forestal requiere maquinaria que no solo sea eficiente, sino también segura frente a los riesgos inherentes del entorno. Las condiciones del monte gallego, con su orografía compleja y los constantes cambios climáticos, exigen que los equipos estén preparados para soportar impactos y condiciones adversas sin comprometer la seguridad de los operarios. Las certificaciones, como la UNE-EN ISO 11850, no son simplemente papeles; son un reflejo de la dedicación a la excelencia técnica y a la protección de los trabajadores. Una máquina certificada es una máquina en la que se puede confiar plenamente, y esto es vital en un sector donde el margen de error puede ser mínimo y las consecuencias, graves.
Además de cumplir con las normativas actuales, en Industrias Guerra están anticipándose a las tendencias del mercado y a las exigencias futuras del sector forestal. Observaron que la homologación y certificación de maquinaria podrían convertirse en un requisito imprescindible para acceder a determinadas ayudas económicas para la adquisición de maquinaria forestal. Con esto en mente, trabajan arduamente para asegurar que sus máquinas no solo cumplan con las normativas actuales, sino que también estén preparadas para los estándares más exigentes que puedan ser tenidos en cuenta en un futuro próximo.